EL CONDE DE ESTRUCH
El vampiro de Llers
1. Introducción
En el Empordà, entre masías aisladas y caminos rurales que apenas han cambiado en siglos, hay un nombre que reaparece una y otra vez en documentos, relatos y advertencias antiguas: Estruch.
A diferencia de otras leyendas catalanas, esta no nace de un cuento popular ni de un relato romántico del siglo XIX.
Aquí hay un personaje histórico documentado, un territorio concreto y una tradición oral sorprendentemente persistente.
La pregunta que guía este expediente es directa:
¿Quién fue realmente el Conde Estruch y por qué su memoria quedó asociada a la figura de un vampiro medieval?
2. El personaje histórico: lo que dicen los documentos
El punto de partida es un conjunto de registros del siglo XII conservados en archivos eclesiásticos y notariales.
En ellos aparece un noble vinculado a la zona de Llers y el Alt Empordà, identificado como Estruch, Astruch o Estrug según la transcripción.
Los documentos mencionan:
propiedades feudales
conflictos con autoridades locales
disputas por tierras
tensiones con la iglesia
Nada en estos textos sugiere elementos sobrenaturales.
Pero sí dibujan el perfil de un noble conflictivo, temido y con mala reputación.
En la Edad Media, eso bastaba para que la memoria colectiva empezara a trabajar.
3. El nacimiento de la leyenda
A partir del siglo XIII, empiezan a aparecer referencias indirectas a un personaje oscuro en la misma zona:
“hombre maligne”
“esperit nocturn”
“ànima que no troba repòs”
No se menciona su nombre, pero la coincidencia geográfica es demasiado precisa para ignorarla.
Entre los siglos XVII y XIX, la tradición oral ya lo describe abiertamente como:
un noble que murió sin sacramentos
un cuerpo que no fue enterrado en tierra consagrada
una presencia nocturna que atacaba ganado
un ser que enfermaba a quienes se cruzaban con él
una figura que “tornava” después de muerto
Aquí aparece el elemento clave:
la idea de un muerto que regresa, un concepto muy anterior al vampiro literario.
4. ¿Un vampiro catalán antes del vampiro europeo?
El caso Estruch es especialmente interesante porque anticipa elementos del vampirismo moderno antes de que este se popularizara en Europa occidental.
En los relatos locales encontramos:
ataques nocturnos
debilitamiento inexplicable de personas
miedo a caminar de noche
necesidad de proteger casas y animales
referencias a sangre y enfermedad
Estos elementos coinciden con figuras mediterráneas como:
las estriges romanas
las lamiai griegas
las bruixes catalanas
los mora y esperits del Pirineo
Es posible que la leyenda del Estruch sea una fusión local de supersticiones mediterráneas con la memoria de un noble real.
5. Hipótesis principales
Tras revisar documentos, tradición oral y estudios contemporáneos, la investigación se reduce a tres hipótesis:
1. El noble maldito
Un personaje real, temido en vida, cuya muerte alimentó rumores y supersticiones.
La comunidad habría reinterpretado su figura como advertencia moral.
2. La reinterpretación de mitos antiguos
El nombre “Estruch” recuerda a estriga, término latino para criaturas nocturnas.
La leyenda podría ser una adaptación local de mitos mediterráneos.
3. La construcción tardía
Algunos elementos vampíricos podrían haberse añadido entre los siglos XVII y XVIII, cuando Europa vivió una auténtica “epidemia” de relatos sobre muertos que regresaban.
Ninguna hipótesis explica el caso por completo.
Todas aportan piezas, pero ninguna encaja del todo.
6. La investigación del episodio
Para este expediente se han consultado:
archivos medievales del Empordà
documentación eclesiástica del siglo XII
recopilaciones de tradición oral del XVIII y XIX
estudios sobre vampirismo mediterráneo
testimonios locales recogidos en Llers y alrededores
El resultado es claro:
no hay pruebas de un vampiro, pero sí de un personaje histórico cuya memoria quedó envuelta en un halo de miedo, silencio y reinterpretación.
7. Conclusión abierta
El Conde Estruch es una leyenda que se resiste a desaparecer porque nace en un punto exacto donde se cruzan:
la historia
la superstición
el miedo
y la necesidad de explicar lo inexplicable
Quizá fue un noble temido.
Quizá un símbolo del mal.
O quizá una advertencia que la comunidad convirtió en relato.
Lo cierto es que, casi mil años después, su nombre sigue vivo.
Y en Llers, aún hay quien asegura que algunas historias no terminan con la muerte.









